Quechua y Aymara. Identidad o estigma
Llegamos a Perú y conocimos a Álvaro y a Laura, los couchsurfers que nos alojaron en Lima durante nuestra primera noche. Álvaro empezó a explicarnos que sus padres son de la zona de Cuzco y nos interesamos por si hablaba quechua. No era así, sus padres no le enseñaron la lengua materna para protegerlo de la sociedad. Y ahi, nos rompimos…
En Perú, los niños que hablan lenguas originarias como quechua y aymara, desde el primer momento se enfrentan a la educación en lengua castellana pudiéndose crear así, conflictos a nivel psicológico, lingüístico y cultural (Taipe, 1998). En Perú, hay lenguas de primera y de segunda, el castellano es la lengua considerada y las demás, son las que generan o han generado de alguna manera, estigma. En febrero de 2009, la UNESCO declaró el quechua como lengua en peligro de extinción. No nos parece del todo extraño cuando las diferencias en general son abismales entre los indígenas y el resto de la población no siendo sólo económicas. Así pues, hablar quechua se considera arcaico y anticuado y se asocia ampliamente a estereotipos (Zúñiga, Sánchez y Zacharías, 2000).
En ambientes rurales de los Andes, la lengua mayoritaria es el quechua y los niños cuando llegan al colegio ya han desarrollado un sentido de identidad y han empezado un proceso de socialización ligado al ambiente y por supuesto, a su lengua. En estos mismos ambientes rurales, gran parte de la población es analfabeta.
La UNESCO recomendó en 1953 que el mejor medio para enseñar a un niño es su lengua materna. En el contexto peruano, tanto en la Constitución Política de 1979 como la Constitución Política de 1993; se garantiza el derecho a recibir educación en la propia lengua y se preservan las diversas manifestaciones culturales… Pero por otro lado, los profesores que atienden la instrucción de los niños que acuden a colegios, en su mayoría, no tienen formación bilingüe ni intercultural. Entonces, ¿Cómo es posible asumir la educación de los hablantes de lenguas originarias?
La escuela para los agricultores es mucho más que un sitio dónde aprender a leer y a escribir ya que la escuela se vincula al progreso que permite salir de la condición precaria en la que vive el campesino. Según Ansión (1989), la eduación escolar es considerada la mejor herencia campesina sin saber ni que implica. La escuela y lo que se enseña en ella, dando prioridad a todo lo que no sea autóctono, hace que de alguna forma, se pase a las filas del enemigo.
Los educadores usan como lengua mayoritaria el castellano y se trabaja con programas generales para todo el país sin considerar los escenarios concretos que se viven localmente. Muchos profesores son bilingües -aunque algunos no tienen una buena formación en quechua o aymara- pero en algunos sitios el uso del quechua está prohibido o reprimido. Entonces el quechua hablante y sus expresiones a veces son objeto de burla por los mismos profesores, sobretodo por parte de los que vienen de las ciudades y son monolingües.
El niño de los andes se encuentra con un colegio que enseña en un idioma que no es el suyo y eso no está mal si no perdemos de vista que el espanyol no es algo complementario, sinó que es la única opción. Lo que los niños viven de pequeños, les marcará para siempre pues inducirá de por vida el desprecio a la lengua y a la cultura autóctonas.
Son muchos los jóvenes que ya ven todo esto como algo a cambiar pero está claro que en Perú las lenguas originarias son lenguas de segunda pues la misma población del país estigmatiza parte de su patrimonio cultural. Es curioso que estén orgulloso de lo que mueve y movieron estas lenguas y no de las propias lenguas y la gente que las usa. A título personal pienso que tal vez sólo lo conciben como patrimonio lo arquitectónico.
Después de leer bastante solo se me ocurre pensar en la educación como única base para solucionar esto y hacer que la diversidad no sea un problema sinó más bien la solución. Para no generar prejuicios, estigmas, ciudadamos de primera y de segunda, hacen falta docentes que crean que otro mundo es posible y que no hay otra alternativa. Sólo así las lenguas vernáculas formaran parte de manera plena de la cultura peruana. Pero claro, todo esto es político (Herzferd, 2008) y por tanto, recae directamente en la clase política la mejora de las condiciones de estas lenguas originarias: un cartel en el aeropuerto de Cuzco en quechua, unas administraciones que usen y/o exijan el conocimiento de estas lenguas, una mayor inversión en educación, etc. Estos serían unos simples pasos para fomentar una identidad quechua que no se perdiera sólo en los vocablos. Además, todo esto podría fortalecer una identidad de la que estar ampliamente orgulloso.
Tal vez algun dia estas gentes se sientan igual de orgullosos que nosotros de nuestra lengua. Para nosotros no hay posibilidad de no sentirnos orgullosos de nuestro català y de hecho, será la única manera de que estas lenguas minoritarias sigan más vivas que nunca. Desafortunadamente, nosotros también pasamos por eso y hoy nosotros defendemos a capa y espada el catalán pero durante la anexión de la Catalunya Nord a Francia; el uso de la lengua catalana también fue estigma y se conservaba por aislamiento o miseria (Escudero, 2008) conviertiéndose así en lengua de segunda.
En Galicia pasó lo mismo con el galego durante la colonización española; la lengua castellana se impuso al galego y se jugó con juicios de valor de manera que el castellano se convierte en lengua culta y el galego, lo contrario. Todo esto impacta tanto en el yo como en la identidad.
Este hecho se repite en varios países de latinoamérica porque estas lenguas y muchas otras se hablan en otros países como Bolivia. Precisamente en Bolivia hemos encontrado a gente orgullosa de hablar quechua y aymara pero no son la mayoría. El gobierno de Evo Morales defiende el uso de las lenguas originarias y el mismo presidente se considera indígena. Y queramos que no, esto tiene una gran influencia en el orgullo del pueblo boliviano.
Bibliografía y webgrafía:
- Gugenberger, E. (1999). Entre el quechua y el castellano: Manifestaciones del conflicto de identidades etnolongüísticas en un pueblo joven de Arequipa. Lexis, 23 (2), 257-300. Recuperado de http://revistas.pucp.edu.pe/index.php/lexis/article/view/7235/7438
- Herzfeld, A. (2008). ¿El castellano, el quechua o el inglés? El porqué de la actitud de los estudiantes peruanos hacia estos idiomas. Tinkuy, 9. Universidad de Montreal. Sección de Estudios Hispánicos: Montreal. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3303640.pdf
- Kudó, I. (2004). La educación indígena en el Perú. Cuando la oportunidad habla una sola lengua. En: Winkler, D.R. Y Cueto, S. Editores. Etnicidad, Raza, Género y Educación en América Latina, 93-133. Preal: Santiago de Chile. Recuperado de http://academics.wellesley.edu/Economics/mcewan/PDF/brecha.pdf
- Massip, A. (Coord.). (2008). Llengua i identitat. Barcelona: Publicacions i Edicions de la Universitat de Barcelona.
- Taipe, N.G. (1998). La educación en castellano a poblaciones quechuas de los Andes peruanos. Revista Iberoamericana de educación, 16, 153-163. Recuperado de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=1020308
- Zúñiga, M. (2009). El uso del quechua y castellano en el sur andino: Hallazgos de un estudio sociolingüístico. Recuperado de http://www.academia.edu/10150218/El_uso_del_quechua_y_castellano_en_el_sur_andino_Hallazgos_de_un_estudio_socioling%C3%BC%C3%ADstico_1
- Zúñiga, M., Sánchez, L., y Zacharías, D. (2000). Demanda y necesidad de educación bilingüe. Lenguas indígenas y castellano en el sur andino peruano. Ministerio de Eduación del Perú: Perú. Recuperado de http://repositorio.minedu.gob.pe/handle/123456789/544
Posted on 5 Juny, 2018, in Uncategorized and tagged Aymara, backpacker, Bolivia, Llengües, mosamperdut, Peru, Quechua, travel. Bookmark the permalink. Deixa un comentari.
Deixa un comentari
Comments 0